¿Qué es ser sumisa sexual?
La sumisa sexual disfruta ofreciendo todo el control a su amo durante los actos y juegos sexuales. Para una sumisa su dominante es su amo, ella le obedecerá todos sus deseos y fantasías sexuales.
Para una sumisa es un placer obedecer las órdenes y proposiciones que el dominante le propone. Esta práctica sexual se confunde muchas veces con el sadomasoquismo, pero no es lo mismo. También se confunde con el maltrato y lejos de eso está.
Sumisión Sexual
La sumisión sexual es una actitud y no siempre es necesario el contacto para ser puesta en práctica. Debe existir un buen entendimiento entre la pareja y la sumisa deberá pactar con su dominante o amo algún tipo de clave para prevenir que no supere los límites.
Ser sumisa sexual es como un juego donde la pareja ejercita el rol de amo y la mujer entrega de forma voluntaria su cuerpo y su mente para probar muy frecuentemente placeres relacionados con diferentes técnicas. No se es sumisa las 24 horas del día ni se pide permiso para seguir tu vida diaria. Se trata del placer que da, no ser dueño de sí, dejarse llevar por la pareja, perder la voluntad de forma simulada, para hacer gozar al otro.

¿Que tipos de sumisa existen?
Existen varios tipos de sumisas:
- Las sumisas sexuales – como mencionamos al inicio de este post, las que disfrutan consintiendo todo el control a su amo en los juegos sexuales.
- Sumisas masoquistas – son las sumisas de servicio que no orientan las necesidades de la dominante solo en el sexo. Suele gustarles la tortura verbal y física y desean un amo sádico.
- Sumisas esclavas – son las más obedientes. No existe otro tipo que se iguale a su voluntad de someterse. Les gustan que se dirijan a ellas como “esclavas”.
- Sumisas alfa – son las mujeres seguras de sí mismas, pero encuentran excitante someterse al dominio de otra persona.
Las sumisas encuentran felicidad y placer por sus logros. Les gusta experimentar y descubrir los placeres más secretos de su amo. Ellas sienten mucho afecto y cariño por él, y es por eso que les encanta complacerlo en todos los juegos sexuales.
¿Cómo ser la sumisa sexual ideal?
Es una de las cuestiones que muchos que se adentran en el mundo de BDSM quieren saber la respuesta. Con una simple búsqueda en varios sitios de internet, encontramos una gran cantidad de artículos relacionados con las normas y reglas básicas que cumplirían con el tramite hacia la sumisión perfecta. Pero estos debates los promueven los dominantes que describen las cualidades que, en sus opiniones, deben tener los sumisos. Pero también se encuentran las personas sumisas, las que hablan de sus experiencias y de las normas de sus amos o dominatrices.
Pero la pregunta anterior encierra un grave problema. Y la causa de ese problema no es otra que la adjetivación “ideal”. Lo ideal forma parte del deseo humano y, por ende, es completamente un concepto autoritario.
No existe la sumisa sexual ideal, pero si una forma de consentimiento sexual íntimo, con independencia de su comportamiento.

Juegos de sumisión para incrementar el placer sexual
Los juegos de ataduras, dominancia y sadomasoquismo no guardan relación con abusos físicos y sensibles sino más bien con la erotización de los juegos de poderes. Si quieres tener esta experiencia debes saber que:
- El juego de intercambio de poderes no es para todo el mundo.
- Se precisa de una mentalidad sensible y una confianza plena.
- No es conveniente para relaciones casuales.
- En una relación estable sí, es un antídoto para vivir nuevas experiencias.
Hay juegos de sumisión y dominación que más suelen gustar a las personas que quieren entrar en este mundo. Son juegos que suelen dar un gran placer sexual a ambos participantes, producen un nivel de excitación y morbo muy alto. Pero recuerda que se debe marcar de antemano cuales son los límites para no haber malos entendidos. Un columpio bdsm puede ser un juguete ideal para practicar la sumisión sexual, y artículos como un tapón anal pueden ser accesorios secundarios que completen esa fantasía.
Juegos de dominación y sumisión
El juego del esclavo domestico – no se trata de ninguna práctica sexual. Ni tampoco de algo vergonzoso o soez. Simplemente, durante un determinado tiempo que será pactado entre ambas partes, aquél que haga de esclavo debe obedecer sin contestar, las tareas que le sean encomendadas. No debe haber ningún trato vejatorio ni degradante, solo ordenar sin pudor a tareas del estilo: “Quiero que me des un masaje en los pies”… “Quiero un zumo de naranja recién exprimido”. Como sugerencia, si es la primera vez, es mejor que no se practique el sexo durante el juego.
Atar con cuerdas – es un juego muy morboso para algunas personas el estar atado e incapacitado. Lo ideal será, para los principiantes, atar a tu pareja a la cama o a una superficie idéntica, solo las muñecas y no muy fuerte. Debes tener presente que hay que parar a la primera queja de incomodidad o cuando la sumisa diga la palabra clave establecida previamente. En este juego caben muchas sugerencias, las caricias están aceptadas, la práctica del sexo oral o lo que te proponga tu imaginación.
Otra idea para los juegos de sumisión:
El uso de juguetes eróticos, como las esposas, los látigos, una bala vibradora, plumeros o un consolador anal son ideales para los juegos de sumisión. A la sumisa sexual le encantará que la ates con un pañuelo suave y la azotes con un látigo suave. A medida que se vaya adaptando podrás usar otras técnicas más duras, pero recuerda, siempre con el consentimiento de ambos.
¿Por qué es importante la sinceridad en el rol de una sumisa?
Ser sumisa sexual se limita a la cama. Fuera de este contexto, normalmente, suele ser inaceptable cualquier tipo de dominación o sumisión. Para que los juegos de sumisión no sean denigrantes ni peligrosos, los sexólogos dicen que deben responder a las siglas SSC (Sano, Seguro y Consensuado). La comunicación y la sinceridad deben de ser lo más importante en la relación. Todo debe ser planteado y aceptado por parte de los participantes antes de realizar cualquier juego de rol de sumisión y dominación.
Una sumisa debe ser siempre sincera, porque sin la sinceridad no hay una plena sumisión. Solamente si su dominante sabe lo que realmente piensa y siente, podrá educarla bien. Pero la sinceridad es para ambas partes para que así se sientan más a gusto uno con el otro.
